
El pasado 22 y 23 de febrero, la Casa Provincial de Bogotá fue el escenario de un encuentro profundamente significativo para la Pastoral Juvenil Vocacional de nuestra Provincia. Durante estos días, 22 hermanas representantes de las comunidades locales se reunieron en un espacio de oración, discernimiento y formación, fortaleciendo su misión de acompañar a nuestras propias hermanas y a las jóvenes en su camino vocacional. Desde el primer momento, nos envolvió un sentimiento de gratitud y alegría, sostenidas en la certeza de que “la esperanza no defrauda” (Rom 5,5).

En este encuentro, nos sentimos llamadas a ser testigos vivos de esa esperanza, a responder con generosidad y valentía al llamado de Dios. Como Pedro, escuchamos la voz del Maestro que nos dijo: “No temas, desde ahora serás pescador de humanidad” (Lc 5,10), y con fe respondimos: “En tu nombre, echaré las redes”. Uno de los momentos más enriquecedores fue la formación impartida por la Dra. Olga Estepa, quien nos ofreció valiosas herramientas desde la perspectiva humana y psicológica, y por el Padre Fray Alexander Cerón OCD, quien desde la Palabra de Dios y la Celebración Eucarística, nos recordó que el arte de acompañar exige escucha, paciencia, compasión, procesos, respeto, y fidelidad al Amor primero, A quien nos llamó, nos eligió y nos sedujo. cambiándonos la vida y el proyecto. Cada palabra compartida nos animó a renovar nuestro compromiso con la misión de la pastoral vocacional. El encuentro culminó con la celebración eucarística del domingo 23 de febrero, donde dimos gracias al Señor por este tiempo de oasis, bendición y renovación. En la liturgia, se nos recordó el llamado a vivir un amor radical, acogiendo las palabras de Jesús: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian” (Lc 6,27). Un desafío que nos impulsa a ser reflejo del amor incondicional de Dios en cada encuentro y acompañamiento.

No podemos dejar de agradecer a la hermana Luz Marina Socha Goméz, Priora Provincial, y su consejo provincial, y de manera muy especial a la priora local Hna. Luz Marina Malagón y a su comunidad de la Casa Provincial, cuya generosa acogida hizo de este encuentro una experiencia profundamente enriquecedora. Su hospitalidad y entrega reflejan la caridad heredada de nuestra madre fundadora, la Beata Marie Poussepin. Al cerrar este encuentro, nos llevamos en el corazón el ardor renovado por nuestra misión y la certeza de que Dios sigue llamando y enviándonos. Confiamos en que cada red lanzada en su nombre nunca vuelve vacía. Sigamos adelante con alegría y esperanza, confiando en que María, Nuestra Señora de la Presentación, nos guía en este camino.